Adaptaciones literarias: Leyendas de Pasión

"Leyendas de Pasión" es el hiperromántico título que se le dió en España a "Legends of the fall" (Leyendas de otoño), la 3ª de las historias y la que , como ya comentamos, da título al libro de Jim Harrison del mismo título. Libro que, precisamente, puede encontrarse editado indistintamente con ambos títulos, al amparo de aprovechar la publicidad generada por la película de Bradd Pitt. Y película, como la ya comentada "Revenge", que puede considerarse como fallida, aunque tuviera en su momento gran éxito comercial. Y , que, curiosamente, pese a seguir los dictados de la obra original mucho más literalmente que la de Tony Scott, se queda mucho más lejos de conseguir acercarse al espíritu y atmósfera de la misma...


En mi opinión, por dos razones principales: Una, el tremendo error de casting que supone la elección del entonces jovencísimo y en fulgurante ascenso Brad Pitt para el papel del Tristan, un mestizo hijo de blanco e india devorado por sus demonios internos, de raza y de sentimientos. Es muy posible que, precisamente, el film se rodara única y exclusivamente gracias a ser concebido como vehículo para el lucimiento de la nueva estrella, y no por los méritos intrínsecos del guión o la obra original. Pero el elegir al entonces inexperto y altivo actor para un papel de tanto fuste es un error similar al que se hiciera también con Pitt en el rol de "Aquiles"en la igualmente fallida "Troya". Físicamente el actor no da el tipo, de ninguna manera, para el de un mestizo norteamericano, y su inexperiencia por entonces, plagada de tics juveniles y de galán, lastran completamente el papel de Tristan. No me cabe duda de que el Brad Pitt de ahora, un actor mucho más experimentado, interpretaría de forma mucho más introspectiva el papel que como lo hiciera entonces. Y, así y todo, uno tiene la sensación, nombres aparte, de que un papel como el del desarraigado e indomable Tristan debería haber sido compuesto tal y como lo hiciera Daniel Day Lewis en su composición de "Ojo de Halcón" en "El último mohícano", verdader ejemplo de héroe fronterizo y crespuscular.

El segundo error de la pelicula, y tal vez el más grave, es el tono de la película. Con el fin de agradar al gran público, Edward Zwick, el director, convierte los ásperos y hostiles paisajes de Montana en una serie de postales bellísimas, pero totalmente incapaces de mostrar el aspecto duro y salvaje de la vida en un rancho de Montana. La hacienda de los Ludlow se trasforma así en una especie de Edén terrenal alejado de la cada vez más insportable vida moderna, en el que cualquiera desearía vivir, pero no se nos muestra casi nada de las penurias, incomodidades, de la lucha permanente contra la naturaleza del individuo... Todo lo que nos queda al final es una película que, encima, intenta de manera desesperada imbuir de épica y romanticismo la existencia de los personajes, muchas veces sin conseguirlo.

Quien desee, en fin, un film de aventuras y romántico al estilo más clásico, no cabe duda que estará ante un producto de su agrado... Pero quien se halla acercado al film en busca de algún vestigio de la obra de Harrison, sólo podrá asombrarse de como adaptaciones en teoría tan fieles se alejan tanto de lo que se debería haber plasmado.