Libros ¿Recomendados? La soledad de Charles Dickens (Drood), de Dan Simmons
sábado, 25 de septiembre de 2010
by
Jack Shandy
Después del magnífico sabor de boca que le dejó a uno "El terror", pues como que la aparición relativamente cercana en el tiempo de su siguiente obra me llenó de bastante interés...
Vamos a dejar aparte la traducción del título que ha hecho el avispado de Turno (El original "Drood" se convierte en "La soledad de Charles Dickens"...)
Aceptaremos pulpo como animal de compañía . En fin, que al igual que haber comparado su anterior obra con Stephen King y Patrick O'Brian en vez de con Edgar Allan Poe, Lovecraft O Jack London, como en realidad ocurre, es un subterfugio permisible para vender más libros. Aunque no estoy yo tan seguro de que lector "casual" se vaya a comprar el libro sólo por la mera mención del nombre del autor inglés. Pero bueno, está casi simultanea en el tiempo la publicación de un libro del escritor de "Best Sellers" pseudohistóricos Matthew Pearl con la misma temática y tal vez hay que aprovecharse del lector despistado.
Bueno.
El argumento: también más que interesante , a priori: se indaga en el misterio que rodea a la creación de la última e inacabada obra de Dickens , "El misterio de Edwin Drood", relacionándolo con un terrorífico personaje real que inspira al mismo Dickens, y todo ello a través de los ojos de Wilkie Collins, escritor contemporáneo y amigo ínitmo de Dickens, y considerado como uno de los creadores de la moderna novela de misterio. Chachi. Misterios en la inglaterra victoriana, calles empedradas, luz de gas, carruajes...
Esto promete, Watson.
Cataplum.
Quien lea este libro, que abandone toda esperanza.... digo, toda idea preconcebida que sobre el argumento pudiera tener. Y cuando digo toda, es toda. Por completo.
No diré que el libro es decepcionante, que en parte lo es. Pero sobre todo es... desconcertante. No sé si Simmons ha pretendido reírse de sus lectores como lo hiciera Frank Miller en "Dark Knight 2". A este respecto dos últimas páginas del libro me hacen tener sospechas muy fundadas sobre este asunto.
En primer lugar el libro es decepcionante porque, pese a la magnífica recreación que Simons hace del Londres Victoriano, del ambiente literario de la época, de las relaciones entre los considerados mejores escritores del mundo en su época, no consigue conectar con los personajes.
No sé si por un ansia de representarlos tal y como eran en realidad, o por un intento de mostrar el monstruoso caudal de hipocresía que era la sociedad Victoriana del momento, el caso es que los protagonista principales, Collins y Dickens, son dos seres repugnantes. Sin el más mínimo trazo o sentimiento amable. Dos autores que dicen profesarse amistad y en realidad demuestran el uno por el otro los más bajos instintos: envidia, soberbia, superioridad, burla... Dos seres abyectos cobardes, hipócritas, egoistas, y me quedo corto.
Y el caso más grave es el del propio protagonista del relato, Wilkie Collins, capaz de las peores infamias y tan, tan cobarde que es incapaz de realizar por su propia mano muchas de ellas. Y cuando en un relato el personaje principal no inspira más que sentimientos negativos, sin llegar siquiera a la curiosidad, para un servidor el relato se queda cojo.
Pero lo peor... o lo más desconcertante, es que uno no tiene ni idea de que tipo de libro ha pretendido hacer Simmons.
Al principio del libro parece que se va a inclinar por un relato de intriga al estilo victoriano. Nones.
Luego parece que el estilo va más por "La momia" o , para los amantes de los libros, "Las puertas de Anubis" de Tim Powers. Tampoco.
En un momento dado parece que estamos ante una narración sobre la vida literaria en la Inglaterra Victoriana. Ups. No.
¿Nos encontramos entonces ante una descripción social de la vida y moral victorianas y de toda la hipocresía reinante? Parece que sí. Ay, pues parece que no.
Al final esto nos recuerda a DeQuincey o, porqué no, al Brett Easton Ellis de "American Psycho". Bueno, al menos si el prota hubiera matado algo más que un perro en toda la obra... aunque sí que parece que todo son desvaríos suyos. O sí. O no. O hay cosas que los desvaríos no explican. Puf.
Si Simmons pretendía que su novela fuera todas estas cosas al mismo tiempo, ovación para él. Pero creo que se ha olvidado del lector. Porque llega al recurso, criticadísimo en su día al propio Hitchcock, de narrar hechos relevantes e impactantes durante páginas y mas páginas para, en el siguiente párrafo, decirnos como hizo Calderón, que todo era un sueño. Pues no. A mi me da la impresión de haber malgastado esas páginas. De relleno.
Que no de haber malgastado el tiempo leyendo el libro. Pero a lo mejor no es más que la actitud típica del estafado que se abstiene de advertir a los demás sobre lo que sufrido para no ser el único tonto.
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