Un servidor de ustedes se ha visto bastante sorprendido al enterarse de el rodaje de una nueva versión de "Calderero, sastre, soldado, espía", el equivalente para quien esto escribe de "El largo adiós" en el género de espías.
Sorprendido porque no se puede negar que el proyecto está avalado por nombres de total confianza tanto en la dirección (Tomas Alfredson, de "Déjame entrar") como en los intérpretes, lo más granado de los actores ingleses en la actualidad: Gary Oldman, Colin Firth, Mark Strong, Ciaran Hinds, Tom Hardy o Benedict Cumberbatch (el nuevo y genial "Sherlock Holmes", del que ya hablaremos).
Pero , al igual que ocurrió con la versión cinematográfica de "Retorno a Brideshead" estrenada hace algunos mese, y que pasó con mucha pena y ninguna gloria por las pantallas, a uno se le escapa la necesidad de una nueva versión de una obra que ya tuvo una adaptación pluscuamperfecta a la televisión, elogiada de manera unánime incluso por John Le Carré, que reconoció que desde ese momento el personaje de George Smiley, que el había creado,tomaba para siempre ante sus ojos la caracterización, genial, que de el hiciera Alec Guinnes.Comparen ustedes la imagen que de él tenemos como Obi Wan o en "El puente sobre el rio Kwai" con la que ilustra este post. Caracterización en estado puro.
La novela original, editada en español con el título de "El topo", comienza con la aburrida
y solitaria vida habitual de George Smiley, antiguo agente de inteligencia , que fue despedido a raíz de las purgas suscitadas en "El Circus" -así se llama en todo momento en el libro al espionaje inglés- debido a los desastrosos resultados de la última misión ordenada por Control, el anterior y fallecido director del centro. Son unos hechos dolorosos en los que Smiley no pudo intervenir y que afectaron de forma directa a su vida personal.
Aparentemente, Smiley ha decidido, o se ha resignado, a dejar de lado toda una serie de traiciones, de enigmas y de mentiras que marcaron su última etapa en la agencia... cuando es requerido por las más altas instancias del Gobierno (y esto no es una manera de hablar). La actuación alocada de un agente casi renegado ha desvelado, pese a todo, lo que su anterior jefe sospechaba: la existencia de un topo soviético en la cúpula del espionaje inglés. Obviamente es imposible alertar siquiera al contraespionaje, cuyo propio jefe es sospechoso. Smiley, cuyas propias sospechas sobre un traidor provocaron definitivamente su despido, deberá rememorar su relación a lo largo de los años con los cuatro sospechosos. Relación tanto profesional como personal,y que dejó heridas casi imposibles de curar en su relación con Ann, su esposa,
Antes he comentado la similitud con "El largo adiós", de Chandler. No en lo argumental, sino en como los autores utilizan como telón una historia de género para poner sobre el tapete los comportamientos y, casi siempre, miserias humanos. Le Carré no es en absoluto tan lírico como Chandler, es más realista, pero comparte con él cierto tipo de sentimentalismo. Sí se diferencia de él en que sus personajes estan mucho más movidos por su profesionalidad o sus ideas políticas que por pasiones, cuando no por su cinismo (El topo terminará justificando su traición como una decisión "estética y moral")
En cuanto a la adaptación televisiva, la verdad es que uno debe sonreirse cuando tanto analista habla de "una edad de oro" actualmente de la televisión. En ese caso, los británicos deben llevar en ella unos 50 años, más o menos. La calidad de sus series de TV, ya sean comedias "un hombre en casa", "Los Roper", "Dejenme respirar", o mas serias, como la arriba mencionada "Retorno a Brideshead" , "Los hombres de Smiley" -secuela de la que hoy nos ocupa- o su último éxito, la apabullante reinvención de Sherlock Holmes a los tiempos actuales, alcanza en "Calderero..." niveles de obra maestra. Cualquiera que haya leído el libro no podrá evitar una sensación de asombro cuando vea reflejada de manera perfecta todo y cuanto en él se narra.
Y de las interpretaciones, pues que les vamos a decir. Actores británicos. Con eso debería bastar. Simplemente, por capricho personal, mencionar a Joss Ackland, , uno de esos "este rostro me suena" que debe haber aparecido en todas y cada una de las películas de espionaje de los últimos 50 años.
Mientras, En Capri,....digooooo, en España las series que se hacen son como "Tierra de Lobos" o "Águila Roja". Sign o the times, que cantaba el Prince.
Sorprendido porque no se puede negar que el proyecto está avalado por nombres de total confianza tanto en la dirección (Tomas Alfredson, de "Déjame entrar") como en los intérpretes, lo más granado de los actores ingleses en la actualidad: Gary Oldman, Colin Firth, Mark Strong, Ciaran Hinds, Tom Hardy o Benedict Cumberbatch (el nuevo y genial "Sherlock Holmes", del que ya hablaremos).
Pero , al igual que ocurrió con la versión cinematográfica de "Retorno a Brideshead" estrenada hace algunos mese, y que pasó con mucha pena y ninguna gloria por las pantallas, a uno se le escapa la necesidad de una nueva versión de una obra que ya tuvo una adaptación pluscuamperfecta a la televisión, elogiada de manera unánime incluso por John Le Carré, que reconoció que desde ese momento el personaje de George Smiley, que el había creado,tomaba para siempre ante sus ojos la caracterización, genial, que de el hiciera Alec Guinnes.Comparen ustedes la imagen que de él tenemos como Obi Wan o en "El puente sobre el rio Kwai" con la que ilustra este post. Caracterización en estado puro.
La novela original, editada en español con el título de "El topo", comienza con la aburrida
y solitaria vida habitual de George Smiley, antiguo agente de inteligencia , que fue despedido a raíz de las purgas suscitadas en "El Circus" -así se llama en todo momento en el libro al espionaje inglés- debido a los desastrosos resultados de la última misión ordenada por Control, el anterior y fallecido director del centro. Son unos hechos dolorosos en los que Smiley no pudo intervenir y que afectaron de forma directa a su vida personal.
Aparentemente, Smiley ha decidido, o se ha resignado, a dejar de lado toda una serie de traiciones, de enigmas y de mentiras que marcaron su última etapa en la agencia... cuando es requerido por las más altas instancias del Gobierno (y esto no es una manera de hablar). La actuación alocada de un agente casi renegado ha desvelado, pese a todo, lo que su anterior jefe sospechaba: la existencia de un topo soviético en la cúpula del espionaje inglés. Obviamente es imposible alertar siquiera al contraespionaje, cuyo propio jefe es sospechoso. Smiley, cuyas propias sospechas sobre un traidor provocaron definitivamente su despido, deberá rememorar su relación a lo largo de los años con los cuatro sospechosos. Relación tanto profesional como personal,y que dejó heridas casi imposibles de curar en su relación con Ann, su esposa,
Antes he comentado la similitud con "El largo adiós", de Chandler. No en lo argumental, sino en como los autores utilizan como telón una historia de género para poner sobre el tapete los comportamientos y, casi siempre, miserias humanos. Le Carré no es en absoluto tan lírico como Chandler, es más realista, pero comparte con él cierto tipo de sentimentalismo. Sí se diferencia de él en que sus personajes estan mucho más movidos por su profesionalidad o sus ideas políticas que por pasiones, cuando no por su cinismo (El topo terminará justificando su traición como una decisión "estética y moral")
En cuanto a la adaptación televisiva, la verdad es que uno debe sonreirse cuando tanto analista habla de "una edad de oro" actualmente de la televisión. En ese caso, los británicos deben llevar en ella unos 50 años, más o menos. La calidad de sus series de TV, ya sean comedias "un hombre en casa", "Los Roper", "Dejenme respirar", o mas serias, como la arriba mencionada "Retorno a Brideshead" , "Los hombres de Smiley" -secuela de la que hoy nos ocupa- o su último éxito, la apabullante reinvención de Sherlock Holmes a los tiempos actuales, alcanza en "Calderero..." niveles de obra maestra. Cualquiera que haya leído el libro no podrá evitar una sensación de asombro cuando vea reflejada de manera perfecta todo y cuanto en él se narra.
Y de las interpretaciones, pues que les vamos a decir. Actores británicos. Con eso debería bastar. Simplemente, por capricho personal, mencionar a Joss Ackland, , uno de esos "este rostro me suena" que debe haber aparecido en todas y cada una de las películas de espionaje de los últimos 50 años.
Mientras, En Capri,....digooooo, en España las series que se hacen son como "Tierra de Lobos" o "Águila Roja". Sign o the times, que cantaba el Prince.
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adaptaciones literarias
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