Leyendas de Otoño

A veces, la enormidad de una obra te supera, y parece que encontrar las palabras para hablar de ellas es una tortura. Porque ningún adjetivo, ninguna frase, parece que nada de lo que digas será capaz de transmitir lo que uno siente cuando lee las páginas de ese libro.

La primera vez que oí hablar de Jim Harrison fue en una especie de decálogo que Elmore Leonard, famoso escritor de novela negra, escribió sobre como contar relatos. En concreto, uno de los puntos estipulaba que uno debía evitar hacer grandes descripciones naturalistas a no ser que tuviera el talento de Harrison para las mismas. Y ahí me picó la curiosidad.

Harrison carece, al menos fuera de los EE.UU. de la fama que, más o menos justamente, han ido adquiriendo colegas suyos como Ian McEwan, Martin Amis, Piliph Roth, Cormac McCarthy, o incluso Chuck Palahniuk. Curiosamente casi todos ellos objecto de adaptaciones cinematográficas más o menos conseguidas. Así que despues del primer googleazo, me sorprendí bastante cuando leí que Harrison había sido adaptado al menos en dos ocasiones en películas bastante conocidas: "Revenge" y "Leyendas de Pasión". Ambos filmes, además, basados en relatos cortos de un mismo libro, "Leyendas de Otoño" -Legends of the Fall, el verdadero título de la película de Bradd Pitt en su versión original-.

Reconozco que "Leyendas de Pasión" no es una película que me convenza demasiado. No por los temas que trata, sino por la fijación del director en imprimirle una épica que pocas veces consigue enganchar a la acción.
Por el contrario, "Revenge", criticada película de criticados profesionales como Tony Scott ("Top Gun", "Enemigo público", "Deja Vu") o Kevin Costner, tiene algo que me atrapa, pese a sus muchos defectos. Tal vez sea por la vulnerabilidad que un actor tan limitado como Costner demuestra en muchos momentos, o la estilizadísima visión que un esteta puro y duro como Scott consigue de paisajes tan asperos y duros como los mejicanos. El caso es que la escena final de la película, situada en un monasterio casi irreal y de ensueño, y filmada con esa obsesión que Scott manifiesta por las fuentes de luz, es un preciosismo y, al mismo tiempo, tristeza, casi insoportables.

Así que movido por la curiosidad , a menudo nefasta, de comparar la imagen filmadada con la letra imaginada -que no escrita, me agencié una copia del libro, a través de una librería de segunda mano. Y pese a lo que suele ser habitual, no disminuyó mi valoración de la película, que mantiene de manera satisfactoria el tono trágico y romántico del relato. Pero lo mejor de todo es que el relato original, las tres historias que conforman "Leyendas de otoño" son de una hermosura impresionante, hasta el punto que a veces obliga al lector a interrumpir la lectura para coger aliento y poder asimilar, en todo su dimensión, la profundidad y al mismo tiempo, la belleza de muchos de sus párrafos.

A mí me resulta difícil encontrar el nexo de unión entre las tres historias que conforman el libro: La primera ("venganza") es una historia fronteriza, romántica y trágica. La segunda ("El hombre que abandonó su nombre"), urbana actual y ligera, en momentos casi cómica. Y la tercera , "Leyendas de Otoño" es una historia de época -que no épica, como el film-, con reminiscencias de Conrad, Hemingway e incluso Jack London, de rebelión ante Dios y ante la fatalidad.

Pero existe algo que las une. Uno no sabe si es simplemente la excepcional prosa de Harrison, alguien capaz de incluir referencias a autores españoles como García Lorca,Baroja ... y que además es capaz de impregnar, como si de un perfumista -o alquimista- se tratara, su propia historia con parte de la esencia de esos autores. Así, "Venganza", el primer relato, evoca el sentido trágico de la aventura del vasco, y al mismo tiempo, todo el universo sensorial que el poeta granadino transmite en su poesía. De esta manera, contraponiéndolo a la sordidez de los ambientes del relato, se logra al final una sucesión de tonalidades en el relato que asombra y empequeñece al lector.

O tal vez ese casi invisible nexo sea la lucha, más o menos tenaz, exitosa en unos casos, imposible en otras, de los protagonistas de las tres historias contra el destino. Un destino que a veces han labrado paciente o tercamente ellos mismos, o se ha derramado sobre ellos como una tormenta. El caso es que Harrison se muestra como un narrador de historias magnífico, independientemente del tema y el tono de las mismas.

En fin, sólo dejar unas líneas del libro como imposible y pequeño ejemplo de lo que en el libro nos espera:

"La llevó en brazos al jardín, donde un rebaño de pacientes esperaba la cena. Las niñas autistas pasaron a su lado, sin verles, murmurando roncamente sus endechas, como pájaros cuyos sufrimientos jamás han de obtener respuesta en la tierra. Al sostenerla fuertemente entre los brazos, recordó lo ligero que le había parecido el pájaro muerto que un día recogiera de un matorral en los bosques de Indiana.

Siguió hablando atropelladamente, en un esfuerzo por mantenerla viva mediante el poder y la energía de sus palabras; era como si se le hubiera abierto el cerebro, y se sumergió, hurgó, escarbó, para extraer cualquier secreto capaz de devolverle la salud. Se quitó el collar de la madre de Mauro y se lo puso al cuello, recordando después, horrorizado, que la vieja le había dicho que solamente le serviría para vengarse de sus amigos.

Se inventó un universo de palabras, pero sólo eran palabras. Se inventó un niño que paseaba con ellos por Sevilla y Mireya asintió con un cabeceo. El crepúsculo pasó y empezó a oscurecer mientras Amador miraba impasible, oculto en parte por una columna. Impidió al doctor que se les acercara. La media luna llegó arrastrada por el viento, pero como contraída, y una ráfaga se llevó las galas de un almendro en flor.

Cochran siguió hablando en susurros y, cuando la oscuridad fue total, cantó la canción que tan bien conocía con una voz ronca que apenas superaba el canto estival de una cigarra. Fue su canción mortuoria, y Mireya dejó la vida con los ojos puestos en él, mientras su alma se ahuecaba suavemente, como una nube que se despidiera. Empezó a llorar, y en el árbol, que les cobijaba, un pájaro rompió a gorjear, como si fuera el alma de algún maya pugnando por abrirse paso en su regreso a la tierra.
"

3 comentarios:

Ahorso dijo...


Hola, no encuentro "Leyendas de Otoño" ni en el ftp de michel ni en biblioteka.org. ¿Lo tienes,por casualidad? O se trata de ponernos los dientes largos para despues decirnos que vayamos a una librería de viejo?????

Me encantó tu comentario sobre "la dalia azul". Lo leí hace años y me pareció tu comentario muy acertado. Por eso quiero conseguir las leyendas de otoño....

Jack Shandy dijo...


Ejem, debería haber creado una sección llamada: "libros inencontrables"... y haber incluído en ella el post. Si, es inencontrable en electronico, amigo ahorso, y bien que lo siento. Pero yo lo conseguí por Internet en una magnífica librería de libros de ocasión: http://www.libreriagibbon.com

Mirando su catálogo veo que lo tienen disponible (bajo el título "Leyendas de Pasión"). Y yo diría: si sólo se va a comprar uno un libro este año, que sea este.

Ahorso dijo...


El caso es que ya he comprado 4 libros de "Almas grises" de Phillipe Claudel (otro inencontrable)después de haberlo sacado y engullido de la biblioteca.....

Te lo recomiendo....

P.D. He comprado 4 para mis familiares y amigos lectores, no para mí, jeje...